Los asistentes a un master de Lean Management me respondían a una pregunta:

¿Qué factores contribuyen a que os motivéis en el trabajo? Vamos a suponer que estáis medianamente satisfechos con vuestro salario.

Entre sus respuestas los factores más repetidos fueron: Trabajo en equipo (respeto por parte de superiores y compañeros que tiran del mismo carro en un ambiente seguro), Utilidad (ver que mi trabajo contribuye a los objetivos de la empresa), Reconocimiento (que no sólo se nos corrija), Autonomía (confianza y delegación) y Retos. Sus respuestas son idénticas a los que podemos encontrar en otras encuestas sobre el mismo tema.

Les pedí, después, que me contasen desde su experiencia personal alguna situación desmotivadora. Entre todas las que contaron, selecciono las siguientes:

Trabajo en equipo:

“Mi jefe hace cambios de puesto sin dar ninguna explicación; bueno, dice que por razones de empresa tu nuevo puesto es… Esto hace que te sientas como un mero peón. No es que quiera que me vendan motos pero…”

“Algunos compañeros se creen el centro del universo y parece que todo lo que hacemos los demás es sólo para perjudicarlos. No paran de quejarse y de criticar al resto. Les falta tiempo para atacarte en cualquier ocasión”

Utilidad:

“Pensé que trabajaba en una empresa de Ingeniería y te das cuenta de que en realidad la ingeniería es la tapadera para que la empresa especule política y financieramente. Cuando no ha podido especular más, ere al canto”

“He hecho propuestas de mejora durante cinco años, alguna vez me han dado las gracias pero siempre me han dicho que no es el momento. Ya me he cansado”

“En mi empresa dicen que es mejor parecer que se hace que hacer y así vamos renqueando…”

Reconocimiento:

“Después de años comprometido con el proyecto, no me han dado ni las gracias… Mi jefe me dice que ya me han pagado todos los meses… Total que si me hubiera esforzado menos me habrían pagado igual, habría estado más con la familia, me habría llevado menos disgustos….”

Autonomía:

“Mi jefe no quiere que se mueva una hoja sin que él dé el visto bueno, y eso que conozco el trabajo mucho mejor que él. Es frustante.”

“Últimamente nadie me supervisa, ni me pregunta, ni se interesa por las dificultades que estoy encontrando. En cada punto de control no recibo el feedback que espero, no sé si avanzo adecuadamente o si lo que hago es realmente necesario…”

Retos:

“Como no sea que aumenta la carga de trabajo y disminuyen los recursos. Llevo en el mismo puesto 10 años, hago lo mismo que cuanto entré pero ahora a la pata coja, con una mochila de 20 Kg a la espalda y recitando a Dante… y va mi jefe y me dice que si no es este suficiente reto”

A continuación les explicaba:

1) La ventaja competitiva que tienen las organizaciones en las que los empleados están motivados, implicados y comprometidos frente a aquellas en las que esto no ocurre.

2) Cómo crear las condiciones: organización, comunicación, actitud managerial, etc.,  para que las personas puedan motivarse, implicarse y comprometerse.

Todos los asistentes tenían la suficiente experiencia laboral como para apreciar las bondades de un equipo motivado, pero todos coincidían en que las situaciones de desmotivación son muy frecuentes.

¿Porqué ocurren?

Cuando tenemos responsabilidades de gestión de personas ¿porqué alimentamos los factores que ayudan a desmotivarnos?, ¿nos damos cuenta de que estamos perjudicando a nuestra empresa?.

¿Estamos suficientemente preparados (teoría y experiencia) para gestionar personas?.