El prototipo es uno de los medios usados en diseño para hacer avanzar la definición del producto y demostrar sus capacidades. Los resultados de la explotación del prototipo (test de usuarios, pruebas instrumentadas, demostraciones….) se confrontan con los resultados teóricos (cálculos, simulaciones, comprobaciones virtuales) pero además con la experiencia de los usuarios que nos dirán si sus expectativas se entendieron y se trasladaron a la definición correctamente.

En muchas planificaciones de desarrollo, este prototipo (que suele contar con un alto grado de representatividad y es usado incluso para verificar factibilidades de fabricación) se obtiene demasiado tarde y se explota aún más tarde. Incorporar mejoras en la definición tiene impactos significativos: sobrecostes tanto en el esfuerzo de diseño como en el industrial, desviaciones de planificación, etc.

Mitigar el riesgo aparece como una necesidad esencial y para eso está la ingeniería de sistemas o las metodologías Lean o las Agile que nos guían para poner en marcha un proceso de aseguramiento progresivo y de maduración incremental de la definición.

Entre los medios que aseguran la definición encontramos no sólo los virtuales o numéricos que nos permiten definir mejor y más rápido sino que además contamos con medios físicos con una representatividad parcial o limitada.

¿Qué es el prototipado rápido?

El prototipado rápido es el proceso que permite producir un prototipo muy rápidamente (de media entre el 1 y el 5% del tiempo total del diseño).

El prototipo rápido, salvo casos muy particulares en los que se busca mucha representatividad (materiales, funcionalidades, procesos productivos…) tiene un coste pequeño (de media entre el 0.1 y el 1% del coste total del diseño).

Aunque a veces se usan indistintamente, no deberíamos confundir el prototipado rápido con la fabricación aditiva. La fabricación aditiva engloba a un conjunto de tecnologías que permiten, por pequeños incrementos sucesivos de material (capa a capa, hilo a hilo, gota a gota….), producir piezas. Un ejemplo de esas tecnologías son las impresoras 3D. La fabricación aditiva puede hacer prototipos rápidos pero también se usan otras muchas tecnologías no aditivas.

¿Para qué sirve el prototipo rápido?

  • Para hacer madurar el diseño de una manera más efectiva y eficiente:
    • Los potenciales usuarios interactúan con este prototipo y dan su información al diseñador en fases tempranas del diseño (lo que contribuye a definir mejor los requisitos del producto).
    • El diseñador hace pruebas funcionales y manipulaciones lo que le llevar a comprender mejor el producto y darse cuenta anticipada de posibles errores.
    • Disponemos de prototipos rápidos en distintas fases del diseño que incorporan cada vez más información contrastada por los potenciales usuarios y las pruebas funcionales.
  • Para dar confianza al cliente, a quien ha encargado el diseño, que puede ver y tocar una representación física.
    • El diseñador podrá comunicar sus ideas a su cliente mucho más fácilmente con un modelo físico.
    • El cliente contará anticipadamente con los inputs de los usuarios y verá cómo éstos se incorporan en las sucesivas iteraciones de diseño a través de sucesivos prototipos rápidos.

Por supuesto lo aquí expuesto para el diseño de un producto es perfectamente utilizable para el diseño de un servicio.